Las redes virtualizadas brindan a los proveedores de telecomunicaciones un mayor control sobre el rendimiento, el costo y la visibilidad, dedicando algunas funciones a la nube.
Hiram Monroy, Director de Ventas Comerciales, AMD, México, Centroamérica y el Caribe
No hay duda de que la digitalización ha crecido a pasos agigantados en todo el mundo en los últimos años. Con la transición masiva al trabajo y el aprendizaje en línea, la conectividad se ha convertido en un imperativo global; considerando que para el 2020 habrá más de 21.500 millones de dispositivos conectados en todo el mundo, y se espera que este número crezca un 90,7 % para el 2025. Es comprensible que de vez en cuando perdamos videollamadas.
A medida que más dispositivos, usuarios, aplicaciones y datos se mueven a través del entorno digital, las redes deben modernizarse para satisfacer las demandas actuales. Una de las estrategias más relevantes para desarrollar la conectividad es migrar a un nuevo estándar de conectividad, siendo el 5G uno de los protocolos más conocidos.
En otras palabras, cuando hablamos de 5G, nos referimos a la nueva generación de redes móviles que se basan principalmente en la tecnología de la nube, y aunque las pruebas de implementación comenzaron en América Latina hace 5 años, solo recientemente, en la década de 2020, comenzaron. convertirse en cosas paradójicas.
En México hemos observado dos hitos de despliegue en los últimos meses: la autorización del IFT como eje administrativo para la asignación y licitación de estos servicios, la apertura de concesiones en el rango de espectro de 3450 a 3550 MHz, 2.5MHz, y la Banda L (1500 MHz); y, por otro lado, los anuncios de los gigantes de las telecomunicaciones en el país para empezar a implementar estas tecnologías en su infraestructura.
Dichos planes de acción establecen que en cuanto a los proveedores mexicanos, al cierre de 2022 el 90% de la cobertura contará con este tipo de servicios, o más de 20 países, la mitad de los cuales son parte de América Latina. La mayor estrategia 5G a nivel regional. Para el operador de Dallas, la estrategia continuará durante los próximos tres años, incluyendo el establecimiento de un laboratorio de pruebas y validación dentro de este ecosistema de red, con el objetivo de crear nuevas y mejores experiencias para los clientes locales y otros mercados emergentes.
Con eso en mente, estamos viendo planes de inversión agresivos de los dos proveedores de servicios de telecomunicaciones más grandes del mundo, pero ¿por qué?
Más de uno ve la tecnología 5G como el futuro de las redes y espera que la adopción de 5G represente el 14 por ciento de las conexiones móviles de la región, o 67,9 millones de suscriptores, más de la mitad de los cuales provendrán de México y Brasil.
Para lograrlo, la virtualización se convierte en un factor importante que se deriva de la propia naturaleza de las redes 5G: las soluciones en la nube. Esto significa que, si bien la infraestructura física es fundamental para su implementación, los centros de datos, los servidores y el software de administración están en el centro de sus operaciones, lo que permite esta generación de redes móviles, así como WiFi 6 y conectividad a Internet. El estándar de la economía de datos.
Esto cumple con las demandas de rendimiento, estabilidad, velocidad e inteligencia de un mundo que genera 44 ZB de contenido por año, lo que equivale a 28 millones de horas o 3000 196 años de reproducción ininterrumpida de contenido multimedia UHD.
Más allá de la experiencia del usuario final y los beneficios de navegación, algunas predicciones sugieren que las aplicaciones 5G pueden llevar a la industria local al siguiente nivel. Algunos pronósticos sugieren que su aplicación en la manufactura mexicana generará un valor de $740 mil millones para 2030, mejorando las operaciones en esta vertical y reduciendo su huella de carbono.
Frente a tales densidades de datos, las redes virtualizadas ofrecen a los proveedores de telecomunicaciones un mayor control sobre el rendimiento, el costo y la visibilidad, asignando algunas funciones de administración a la nube y centralizando la administración de la red de una manera más inteligente y eficiente. Para lograr estos objetivos, la virtualización de la red se considera una estrategia clave para el despliegue rápido y simplificado de 5G.
En este contexto, los procesadores, los servidores y la infraestructura técnica suelen jugar un papel importante en la construcción de las redes del futuro, por lo que es fundamental que los fabricantes de hardware de hoy proporcionen dispositivos seguros, robustos y escalables que admitan el procesamiento y la transmisión de información. Los próximos cinco años experimentarán las demandas de un mundo con una explosión de datos sin precedentes. Las medidas anteriores no son suficientes si estas soluciones no ayudan a reducir el consumo de energía, por lo que la huella de carbono se ha convertido en una responsabilidad moral de todos, ya que hoy en día la industria de las telecomunicaciones consume del 2,0% al 3,0% de la energía mundial.
Si bien se han dado los primeros pasos hacia la era 5G, es en 2022 cuando veremos el verdadero desarrollo de la industria, a medida que se construyan redes, lo que a su vez fomenta la productividad y la flexibilidad de las personas y las empresas para evolucionar. Los saltos son vitales para la economía local.
Fuente: elfinanciero.com.mx