Cuanto más ágil quiere volverse una organización, más necesita priorizar la seguridad, pero muchos no saben por dónde empezar.
Los empleados de hoy esperan tener y mantener modelos de trabajo flexibles que les permitan colaborar desde cualquier lugar. Como resultado, esto está ampliando el alcance de posibles ataques debido a la constante generación y movimiento de datos en la nube y entornos remotos. Por lo tanto, la ciberseguridad es un área clave que no se puede ignorar en la transformación del lugar de trabajo moderno.
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Cuanto más ágil quiere volverse una organización, más necesita priorizar la seguridad, pero muchos no saben por dónde empezar. De acuerdo con el estudio Breakthrough de Dell Technologies, un dato alarmante es el hecho de que 41% de los encuestados en México piensa que las personas son víctimas de los ciberataques porque ignoran la amenaza al no saber cómo resolverla.
Dada la constante evolución del trabajo, el 73% de los encuestados del mismo estudio en México admitió que sus organizaciones serían más vulnerables a los ciberataques. Por estas razones, es fundamental implementar procesos técnicos y preparar a la organización para construir una cultura de seguridad e impulsar el cambio.
Si bien las organizaciones dependen de la infraestructura de TI para mantenerse productivas, es importante recordar que todos los sistemas pueden tener vulnerabilidades. Es por eso que el primer paso para modernizar el enfoque de ciberseguridad de una organización es repensar cómo protege sus datos y sistemas en cualquier lugar, ya sea en las instalaciones, en la nube o en el perímetro. Esto comienza con una infraestructura sólida que tiene un enfoque de seguridad inherente, es decir, la infraestructura es segura y está libre de riesgos por diseño.
Por otro lado, el concepto de Zero Trust se está convirtiendo rápidamente en la mejor práctica para la arquitectura de ciberseguridad. A diferencia de los modelos de seguridad anteriores que verifican un usuario, dispositivo o tarea informática una vez o incluso periódicamente, Zero Trust se basa en la noción de que ningún usuario o tarea recibe confianza implícita y cada interacción debe verificarse antes de continuar. Este modelo de autenticación se puede aplicar en cada paso en la red, la infraestructura de TI, el software y los microservicios de la organización.
Hoy la pregunta ya no es si las organizaciones serán víctimas de un ataque, sino cuándo, y para afrontar la gran cantidad y creciente sofisticación de las amenazas, las organizaciones deben tener un sólido plan. Estar preparados implica una resiliencia cibernética, esto significa que una organización pueda de manera inmediata recuperar datos y reanudar las operaciones normales después de un ataque, al tiempo que limita los impactos financieros y operativos.
Ser resiliente a la cibernética consiste en centrarse en lo que es realmente importante para la organización y los servicios ofrecidos al mercado. Por ello, la planificación de la continuidad del negocio debe evolucionar más allá de la resolución de desastres tradicionales y garantizar la colaboración con los equipos de TI y las partes interesadas del negocio.
La transformación digital sigue empujándonos a avanzar más rápido, pero el precio de dejar atrás la ciberseguridad es alto. Por ello, la seguridad debe ser un trabajo de todos, no solo una función del equipo de TI, por lo que las organizaciones deben mejorar el conocimiento y la responsabilidad en todos sus niveles para hacer frente a las ciber amenazas, así como equipar a la fuerza laboral con las herramientas y capacitaciones adecuadas para proporcionar una base sólida para proteger a la gente y el negocio mientras adoptamos nuevos modelos de trabajo.
Fuente: forbes.com.mx