La telemedicina ha experimentado un crecimiento exponencial en México en los últimos años, impulsada por la pandemia de COVID-19 y los avances tecnológicos. Esta forma de atención médica a distancia ha permitido que miles de personas accedan a consultas sin necesidad de trasladarse físicamente a un hospital o clínica, lo que resulta particularmente beneficioso para quienes viven en zonas rurales o de difícil acceso.
Entre los beneficios más destacados de la telemedicina se encuentra la facilidad para realizar consultas médicas desde cualquier lugar, la reducción de tiempos de espera y la capacidad de seguimiento continuo de pacientes con enfermedades crónicas. Sin embargo, también enfrenta varios retos, como la falta de infraestructura tecnológica adecuada en algunas regiones del país y la necesidad de asegurar la privacidad de los datos de los pacientes.
A pesar de los desafíos, la telemedicina se perfila como una herramienta esencial para la atención médica en el futuro de México, con un potencial enorme para mejorar la accesibilidad y la calidad de los servicios de salud.
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