Los esquemas de capacitación y entrenamiento en las organizaciones han cambiado profundamente. Previo a la contingencia sanitaria ya observábamos como los modelos de formación en las empresas incorporaban cada vez más, a partir de uso de nuevas tecnologías tanto para la elaboración de los programas como para su impartición, la educación a distancia y el uso de contenidos en la nube.
Los materiales disponibles en la red informática global, el acceso masivo a plataformas digitales y la lenta, pero cada vez más común, adopción de la capacitación a distancia permitían que el modelo anterior de capacitación en aula y el paradigma de aprendizaje únicamente a través de sesiones presenciales gradualmente fueran debilitándose a la vez que las empresas iban incorporando la educación en línea como parte central en la formación de sus colaboradores.
Si bien algunas empresas fueron adoptando nuevas prácticas aun veíamos como el estándar anterior, la educación exclusivamente presencial, mantenía a sectores enteros arraigados a la formación en el aula dejado lo virtual, en el mejor de los casos, únicamente como complemento a lo presencial. La emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor cambió de golpe la realidad: Hoy la educación en línea es el modelo.
En la red abundan cursos, seminarios, todo tipo de capacitaciones de las cuales muchas son de acceso gratuito. El conocimiento en línea, en la nube, es enorme. La información que hoy se genera en tan solo un día supera a todo el contenido que como humanidad habíamos generado en toda nuestra historia. Es mayor el número de datos creados a nuestra capacitad de analizarlos.
¿Qué contenido consumir y cual no?, ¿Qué sesiones de aprendizaje en línea tomar y cuales no? El reto por elegir y ser asertivos es enorme.
En estas ultimas semanas se ha hecho común escuchar y leer la frase “quien no salga de esta pandemia con una nueva habilidad o conocimiento adquirido no es porque antes no tuviera tiempo sino porque no tiene interés”. Si bien dicha frase pudiera en parte ser cierta la realidad para muchos es que esta época lejos de traer tiempo de sobra nos ha hecho enfrentarnos a un gran desafío por la falta del mismo, tanto por jornadas de trabajo extendidas como por el hecho de tener que combinar responsabilidades familiares, escolares y laborales de una manera distinta a como antes lo hacíamos.
Aunque no existe una ruta única y guía perfecta que funcione para todos que nos permita crear el nuevo habito de utilizar las nuevas tecnologías para mantenernos actualizados se puede iniciar por hacer un ejercicio individual en que demos prioridad a los temas que sean para la profesión o rol de cada uno fundamentales y podamos luego buscar contenido y desde luego capacitaciones que nos permitan renovar nuestros conocimientos y adquirir nuevas competencias para nuestros campos de acción.
Hoy en día en diversas entrevistas de selección es cada vez es más común preguntarle al candidato cual fue la última sesión de aprendizaje en línea en que participó. En el mundo laboral actual alguien que no se actualiza rápidamente se vuelve obsoleto. Una competencia fundamental, mas solicitada en las empresas, es que los ejecutivos cuenten con la capacidad de adquirir constantemente nuevos conocimientos. En algunas industrias es tan veloz el cambio que aquellos empleados que se quedan esperando les programen una capacitación y sean convocados al aula se quedaran simplemente sentados y serán rebasados por aquellos quienes proactivamente renuevan sus conocimientos.
La contingencia que hoy enfrentamos he hecho evidente lo que ya era una realidad: El conocimiento es accesible para todos y está a tan solo un clic de distancia.
Fuente: reforma.com